En la actualidad, la cultura del fitness está de moda y Panamá no escapa de esta realidad. Algo tan cotidiano como acudir a gimnasios puede convertirse en una violación a nuestra privacidad si los colaboradores del lugar toman fotografías o vídeos de nuestra persona sin nuestro consentimiento. Además el manejo de datos de carácter personal sensible como lo son nuestras huellas dactilares.
A continuación examinaremos los gimnasios más concurridos de la Ciudad de Panamá, sus políticas de privacidad en cuanto al uso de la imagen de sus clientes, tratamiento de datos personales, además de la legislación aplicable a ambos temas.
Gimnasios y sus políticas.
- Una cadena de gimnasios estadounidense mantiene una cláusula de privacidad donde confirman la recolección, uso y divulgación de información personal de los miembros de acuerdo a su política de privacidad, la cual redirige a las políticas de privacidad del gimnasio en su página de Internet. Sin embargo, no menciona el manejo de imágenes y vídeos tomadas por sus empleados a los miembros del club ni el uso y tratamiento de las mismas. Cabe resaltar que esta cadena de gimnasios no menciona la forma de acceso a sus instalaciones, sin embargo en la actualidad se ingresa por medio de una tarjeta escaneable que muestra en el computador la imagen del titular y sus datos.
Su página web contiene una política de privacidad en línea al hacer uso del sitio. Describe la información recolectada, cómo la manejan, quienes podrían tener acceso, entre otros aspectos. Cabe mencionar que en la política mencionan que sus servidores y el internet no son 100% seguros y pueden haber fugas, por lo que cada persona al proveer su información lo hace bajo su riesgo.
- La última cadena de gimnasios en establecerse en el país, proveniente del Brasil, es la única en mantener en su página web estatutos claros en su página web. Primero, mantienen alojados en el sitio web todos los contratos estándar que firman con sus clientes, dependiendo del plan que elijan. Los contratos a su vez informan al cliente que está obligado a proporcionar su huella dactilar e información concerniente a su estado de salud para poder hacer uso de las instalaciones del gimnasio. El afiliado por su parte declara autorizar a la empresa la toma y utilización de fotografías y vídeos estando en las instalaciones del gimnasio, las cuales pueden ser utilizadas por seguridad o con propósitos publicitarios.
Importante destacar que este gimnasio, tanto en su contrato como en su política de tratamiento de la información personal, le explica a los usuarios cómo se recaba su información, por cuanto tiempo, con cuáles propósitos. También le explica al usuario cómo puede solicitar su información de las bases de datos del establecimiento, cuánto tiempo puede demorar su solicitud en ser contestada, sus derechos y principios que establece el tratamiento de datos del gimnasio.
Para ingresar a las instalaciones debe colocarse un dedo de su elección en un lector de huellas dactilares.
Gimnasios nacionales.
- En el caso de una de las cadenas de gimnasios más grande del país , la misma contiene en su contrato de membresía una prohibición expresa, en la cual se prohíbe el uso de dispositivos móviles en los vestuarios y áreas de desarrollo de las actividades del gimnasio, a pesar de ser una prohibición expresa, no se especifica si esta es aplicable tanto a clientes y colaboradores del gimnasio.
Otro aspecto a recalcar es que la cadena provee un código y solicita una huella dactilar a sus clientes para el acceso a sus instalaciones. Sin embargo, en la cláusula de sus contratos sobre acceso a las instalaciones se señala que para acceder a las mismas únicamente se requiere una clave digitalizada por el cliente, situación que contraviene lo estipulado en el contrato. En su página web no se detalle política de privacidad. - Por último, un gimnasio especializado en rutinas y clases exclusivas para mujeres, mantiene una política de privacidad bastante similar a la señalada en el apartado anterior en cuanto al uso de dispositivos móviles. Igualmente se puede observar en las redes de la propietaria que se toman fotografías y vídeos a los miembros sin su consentimiento informado y expreso.
En su sitio web, específicamente en las políticas de privacidad, sólo aplicables al sitio web, explica qué información recaba y de qué forma la usan.
Legislación aplicable.
En temas relacionados a la privacidad digital, en Panamá no existe un texto único concerniente al manejo de imagen personal de consumidores o clientes por parte de las compañías o comerciantes. Sin embargo, podemos citar algunas leyes complementarias:
El Código de la Familia, en su artículo 577 menciona que: Toda persona tiene derecho exclusivo sobre su propia imagen, la que no podrá ser reproducida públicamente, en forma alguna, sin el consentimiento de su titular, aun cuando hubiese sido captada en lugar público. Se exceptúa de lo anterior las imágenes que se difundan con fines noticiosos, de interés público o cultural, con base en el respeto a la dignidad humana.
Lo anteriormente brinda seguridad a los ciudadanos del cuidado y manejo de su imagen, cuando esta no se haya dado con aceptación expresa.
Ley No. 81 “sobre Protección de Datos Personales”
La Ley No. 81 de 26 de marzo de 2019 “sobre Protección de Datos Personales”, menciona en su artículo 4, numeral 11 que los datos biométricos son datos de carácter sensible; los datos personales deben ser otorgados por consentimiento expreso de sus titulares al encargado de su tratamiento y explicarle al dueño de los datos el propósito de la solicitud de los mismos, según el artículo 6 de esta Ley. Esta Ley entrará en vigencia el próximo año por lo que se espera todos los establecimientos o lugares que recaben datos personales, entre ellos los gimnasios, deberán ceñirse a la Ley o podrán enfrentar multas.
En países como Colombia y España se ha multado a gimnasios por no tomar las medidas establecidas legalmente para la seguridad en el tratamiento de datos de carácter personal como lo son nuestras huellas dactilares, al considerarse una medida invasiva a la privacidad, extrema y no proporcional con el tipo de lugar y servicio brindado.